Por los que lo arriesgan todo.
Por los que viven en la hora aunque haya ojos que les juzguen.
Por los que a veces se hunden y luego resurgen.
Vivo intensamente como si el tiempo me odiara,
muero si la rutina vigila tras mi puerta,
muero por cada palabra sin temerle a nada, aguantando el peso en mi espalda.
La cuerda floja bajo mis pies no impide que avance.
No hay comentarios:
Publicar un comentario